miércoles, 10 de agosto de 2011

A diez minutos de algo que no se si se podrá concretar, con un elemento inútil como lo es mi cabeza; hago que escribo. Que puedo contar en este párrafo como creo que soy dueña de una habilidad que no poseo, para contar algo que no entiendo, ni que jamás podría explicar. Perdida en un escenario completamente negro espero hallar una perilla que me de luz. Luz para tener certeza y claridad en este intento nefasto de comunicarme, de comunicarte que pasa. Quisiera no arruinar cada cosa que me toca con acciones que asumo entablar de "la manera más adecuada". Y acá, en este cuadrado blanco que me ofrecen para contar algo, doy vueltas entorno a mi misma. Sin nada que decir. Sin nada que contar.
Tan sólo repitiendo, repitiendo y repitiendo.

viernes, 10 de junio de 2011

Edificio sin fachada

Era una ciudad baldía. Los edificios y casas estaban destruidos. En una calle angosta, frente a un edificio sin fachada, me encontraba yo en companía de una mujer que parecía ser mi tía.Estábamos sentadas en la vereda,hablando - no recuerdo sobre qué- en eso una paloma se posa sobre mi brazo: era gris y tenía ojos entre grisados y azules. se quedó junto a mí mientras seguíamos hablando, se acurrucó en mis piernas y yo comencé a acariciarla. Se veía a gusto así acomodada.
Mientras tanto( por el lado izquierdo a donde yo estaba sentada) venía caminando un vagabundo; era calvo o con muy poco pelo, sus ojos estaban muy abiertos y poseía una gran preocupación encima. A cada paso que daba se acercaba más a nosotras. Lo miré de reojo cuando ya había alcanzado estar al lado de ambas.Empezó a pedir monedas supongo, porque extendía su mano en recompensa de algo. Tanto mi tía como yo negamos tener algo encima-la paloma se encontraba atenta y no desviaba la mirada del tipo- pero el hombre era insistente. Me harté, cerré los ojos por un segundo y le grité que se largue; justo en ese momento la paloma chillo al unisono, sus garras se aferraron a mi brazo y al ver que el vagabundo se retiraba se calmó.
Mi tía quedó atónita luego de ver eso y apenas me tranquilicé preguntó como estaba mi brazo.Tenía una leve marca,producto del animal que acababa de arañarme.
La paloma voló, no tengo idea de a dónde se haya dirigido. Luego de eso las dos nos levantamos y comenzamos a caminar hacia la derecha,el trayecto del vagabundo.En el camino veía venir a alguien mas, a la distancia era sólo una sombra pero luego fue tomando forma. Era una chica bastante alta, muy pálida;traía puesto un sombrero bajo con velo negro y un vestido también negro,que sobrepasaba sus rodillas,tenía unos pequeños borsegos.A medida que se acercaba me detuve en los rasgos de su cara: unos labios finos y marcados, ojos rasgados con unas pestañas bastante largas,y una mirada extremadamente fria;sus pómulos estaban marcando sus huesos porque ya era tan flaca.Le pedí a mi tía que cambiáramos de lugar puesto que la chica venía por el lado de la calle y yo también- su presencia era abrumadora y no me animé a pasar por su lado-.La mujer accedió y cambiamos lugares, dejándome del lado de la pared.En ese momento la joven pasaba junto a mi tía aún teniendo su fria mirada posada sobre mí. Hizó una mueca parecida a una sonrisa, cuando yo bajé la cabeza para no observarla y seguir caminando.
mi tía volteó al momento que pasó y me preguntó si había visto a esa chica.Asentí y le pregunte si aún seguía allí, me dijo que no y volteé para comprobarlo.Ya no estaba.Había desaparecido a mitad de la vereda.

lunes, 23 de mayo de 2011

Escaso recuerdo de la Fantasía



Llegamos a un lugar tan extraño, digno de cualquier plano salido de esa historia sin fin. Las paredes eran tremendamente altas y en realidad no sabía con lo que nos podíamos llegar a encontrar. O si...Sí, sabíamos y por eso alzamos nuestras cabezas, para descubrir criaturas enormes de las cuales no llegábamos a diferenciar entre los colores que las formaban y los reflejos grisáceos de aquellas paredes de piedra y mármol. La excitación nos llevó a mirar en cada ángulo del lugar, y a través de sus ventanas. Aquellas ventanas daban a un patio cubierto de un pastizal inmenso, cubierto de una neblina que acompañaba tan bien el día; cuando aquellas extrañas aves que simulaban ser dragones volaron y recordé que no estaba sola ni en la mejor opción de caer en mi desvarío.
La mujer alta nos dijo que podíamos quedarnos a comer, sonrío y sus cabellos rubios danzaron cerca de mi rostro.Nunca sabría por qué nos daban ese privilegio pero mi compañera y yo aceptamos cordialmente.

Luego de la cena el cielo cambia, y algo parece acecharnos. Nos dicen que debemos irnos porque sino sufriremos lo que ellos.

A la estatua de la entrada le falta su jinete. Nos observa mientras tranquiliza al animal, y se esfuma. El caballo emprende marcha hacia nosotras, que ya nos encontramos haciendo mas de un cuarto del larguísimo camino que nos alejará de aquella propiedad.


Su rostro en el cielo comienza una monocromática paleta de violetas con salpicaduras de relámpagos y truenos que estremecerían a cualquier Dios, porque él era algo así, y no pretendía que salgamos ilesas de ello.

La búsqueda comenzaba justo allí

jueves, 12 de mayo de 2011

Mi tiempo gastado en las pequeñas ocasiones que nos cruzamos, llena lentamente frasquitos de oro líquido que esperan convertirse en algo de mayor tamaño, capaz de relucir con cada rayo de luz entre las formas de la materia que se concentra dentro.
Pero no sé si sabés aquello que yo voy coleccionando todos los días; y quizás podría optar por regalarte un parche antes de tu próximo cumpleaños que esconda esos guiños cada vez que notás que me colgué mirándote. Y así evitar que la pequeña fábrica de recipientes continúe trabajando.
Me gustaría pedir que no nos tomemos vacaciones.




Don't let me put my feet on the floor

domingo, 20 de marzo de 2011

Fragmento de mi útimo sueño

Bajábamos desde una casa apartada en una colina.Esta tenía un patio inmenso, llena de plantas y hierbas apenas cuidadas, algunas con largos que jamás creí ver. Un cielo muy brillante de mañana, pero bañado en celestes y rosas producto del sueño.
El camino que nos dirigiría a la terminal era bastante angosto: en comparación a aquel lugar en el que nos encontrabámos sentíamos que no pasábamos con la comodidad que nos gustaría. Una vez alejados completamente de aquel lugar y en el cual lo único que habíamos hecho había sido dejar nuestras valijas dos segundos antes de irnos, estábamos ahora al lado de una ruta. Empezamos a caminar. En realidad no teníamos idea de dónde quedaba la terminal. Simplemente avanzamos para el lado donde vimos pasar al primer auto.
Hasta que llegamos. Ni Pablo, ni Agustín, ni yo teníamos dinero, pero necesitábamos viajar y salir de ahí.
De alguna manera que no puedo recordar terminamos arriba de uno de los micros. Allí era todo blanco, sus asientos eran bastante cómodos pero nos habían tocado los que se encuentran cerca del fondo.


Me bajé de ese micro y empecé a correr fuera de esa terminal. El micro tenía destino a la Plata y ninguno de nosotros debía ir ahí. Los otros dos no quisieron entenderlo y prefirieron tomar ese micro a pesar de haberse preocupado por mi sorpresiva actitud.
Por el estacionamiento de la terminal llegué a la misma ruta por la que habíamos llegado y caminé para esa colina. En el camino comencé a escuchar un ruido que parecía ser el zumbido de una libélula o algún molesto insecto con alas. Miré para atrás y me provocó gran extrañeza encontrar a una niña, rubia, con ojos celestes, y una muñeca en la mano. Me sonrió y paso delante mio, quedando siempre a una distancia cercana a la mía.Esta niña comenzó a dar pequeños saltos mientras jugaba con su muñeca; en pocos segundos esos pasos se convirtieron en un revoloteo mas parecido a un baile y que a cada "paso" emitía aquel zumbido. Yo no sabía qué era aquel ser pero no me provocó miedo en lo absoluto.
Seguía su recorrido lo suficientemente distraída como para no haberme percatado de que había más gente detrás mio. Lo cual no fue bueno, porque para cuando otra de ellas quiso hablarme me sobresalté bastante. Fue un flash de caras ( todas ellas parecidas a bonitas muñecas de porcelana ), que me preguntaron si podrían caminar conmigo porque no querían seguir solas. Sabía que no sería conveniente que ellas vengan conmigo por lo que les pasaría si llegasen a esa casa y visitasen el patio...pero asentí porque yo también tenía miedo de lo que pudiese pasarme.


Una reja del lado derecho me advirtió que ya estábamos cerca de aquel angosto puente cubierto de plantas y rodeando enteramente por reja. Aún más cerca de aquel lugar.
Las niñas iban muy calmadas. y avanzaban de la misma forma que la primera que comenzó a seguirme. Una vez delante de la entrada yo ya podía sentir la presión de aquello que se encontraba en el aljibe, el miedo era aún mayor porque no sabía que podría pasar si yo decidiese no brindarle a las niñas. Cuando me percaté de mi misma tenía a las chicas rodeándome y preguntándome quién pasaría primero por aquel ajustado camino, a lo que rápidamente una de ellas se había ofrecido muy entusiasmada.No me negué, claro que no, ¿cómo encararía aquello estando primera...?
Avanzábamos pero yo no quería llegar jamás. El miedo era indescriptible y yo ya estaba con los nervios destruidos.
Todas se veían tan tranquilas.
El monstruo no dejaba de intentar comunicarse conmigo a medida de que nos acercábamos.Me aclaraba pasos y acciones para que ninguna se percatara de nada y pudiesen terminar todo sin que hubiese dolor.
Dolor...esa criatura lo que menos podría dejar de brindarte sería dolor. No dejaba de recordar las veces que estuve en ese patio rodeada de plantas y aquel aljibe tan sucio, con aquella cosa escondida en el, esperando que sirva para él en algo por lo cual sus tentáculos todavía no podían alcanzar.

Yo no quería saber nada.Desperté

lunes, 17 de enero de 2011

Dibuje un arco iris sobre sus párpados para crear
una ilusión de felicidad absoluta sobre la realidad.

domingo, 2 de enero de 2011

Quiero que nos miremos hasta que se nos sequen los ojos
y sólo nos quede sonreír